Todos los gobiernos o entes públicos siempre serán objeto de críticas. Algunas ciertas, otras carentes de verdad; la constante será permanecer sujetos al escrutinio público, hasta llegar incluso al escarnio.
Basta recordar: Fox y su “trabajo que ni los negros quieren hacer…”; los 6mil pesos más elásticos y duraderos del secretario Cordero; los desatinos de Peña Nieto; AMLO y sus ‘gracejadas’. En fin, mucha tela de dónde cortar; pero casi nadie hace énfasis de las herencias positivas que dejan las administraciones del presente y del pasado.
El ex presidente Zedillo, nos dejó la herencia de lo que llamamos “blindaje económico de México”. Que no era otra cosa, que crear un fondo de reservas financieras para evitar la turbulencia económica en cada cambio de gobernante; Fox aportó la “Ley Federal de Trasparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental”. José Ignacio de Nicolás Gutiérrez, hizo una labor titánica como Secretario de Desarrollo Económico en Sinaloa, para abrir las puertas del mundo y colocar en los mercados internacionales lo que produce su Estado. Estos son algunos ejemplos entre otros muchos que seguramente son de impráctica difusión cotidiana.
Igual que se debe denunciar la corrupción y las malas prácticas de gobierno -ya sea en los medios o en las redes sociales-, también nos hace bien aplaudir los logros en la función gubernamental. Aunque sea su obligación.
El gobierno actual en Tamaulipas, se ha caracterizado por llevar un gasto responsable y austero en lo referente a las finanzas públicas. Y el Congreso del Estado hace lo propio, vigilando que los municipios no contraigan deudas impagables; que en su caso, les complicarían la vida a las administraciones subsecuentes, dejando a estas sin posibilidad económica de actuar; condenando al pueblo y gobierno a vivir un impase mínimo de 3 años.
En ocasiones, compartimos el escepticismo colectivo por el actuar de las fracciones partidistas que componen las legislaturas; pues es muy común ver cómo anteponen los intereses de partido por encima del bien de la población.
Pero en el caso que resaltamos, es bueno ‘darles “like”, en la defensa de salvaguardar las economías municipales.
Cuando el Congreso otorga el permiso para que un municipio se endeude, también lo responsabiliza de hacer frente al compromiso de pago durante su periodo de gestión. Ahora, de manera escrupulosa los préstamos que sobrepasen a su término de mandato deben ser para invertir en infraestructura -basta recordar que este rubro hace girar el circulo virtuosos de la economía local- y prohibido el hecho de contraer deudas para emplearse en el gasto corriente (sueldos, gasolinas y otros por el estilo).
Por ese motivo, es de mucha conveniencia que quien rige las finanzas de las entidades federativas o de los municipios, quede en manos de gente con la suficiente experiencia en el ámbito, a fin de no malgastar tiempo y dinero, que ocasionen en un sobre-ejercicio y en donde la única salida sea conseguir más recursos que compense el sobregiro y que endeudan no sólo al municipio; comprometen a la población a un oscuro panorama de escasez de servicios públicos y de atraso competitivo.
Las buenas o malas acciones de un periodo gubernamental tendrán siempre un desenlace favorable -o de castigo- a la hora de los comicios electorales.
Por eso la gran importancia a la hora de elegir un candidato, que sea la mejor opción. Siempre y cuando, los partidos no la pongan complicada y la elección tenga que hacerse por “el menos peor”.
De ahí lo difícil de creer que un candidato sin experiencia en administración pública como los faranduleros o los improvisados de la actualidad, puedan lograr un periodo productivo y de crecimiento.
Las administraciones responsables, son aquellas que generan –a partir de la experiencia- menos deuda y más acciones de beneficio colectivo. La población dará el ‘like’ a quienes les han demostrado la eficiencia en su desempeño. También sabrá condenar a los que creen que con canciones y palabras altisonantes, pueden conquistar el voto.
Bien que las autoridades congresales requisiten a los municipios y al ejecutivo estatal, ser prudentes en el gasto público. Ante tales enmiendas, poco atractivo resultará para los candidatos que suponían que librando la campaña, tendrían resulta su vida.
